Sobre el filo de la navaja

 

Mouris Salloum George*

Matar un líder latinoamericano. Desencadenar guerras civiles.

 

La operación imperial fue diseñada por El Pentágono, con la mira puesta en Raúl Castro, Daniel Ortega o Nicolás Maduro.

 

La siniestra conjura fue denunciada hace meses en nuestras ediciones de Voces del Periodista.

 

Castro entregó hace un año el mando de la Revolución a Daniel Díaz-Canel.

 

Igual, CIA alega que Cuba tiene a más de 20 mil soldados en Venezuela, camuflados como brigadas médicas, agrimensores, alfabetizadores, etcétera.

 

Es la coartada con la que el jefe del Departamento de Estado, Mike Pompeo, convenció a Trump de extremar el embargo económico a Cuba e imponer sanciones más duras contra el gobierno de Venezuela.

 

El criminal proceso es típico de la militarización de la Política Exterior de Washington, mitigada por Obama, pero reciclada por Trump, al que la diplomacia le importa menos que un comino.

 

Es en ese marco en el que la Casa Blanca intentó consumar esta semana el golpe en el Palacio de Miraflores.

 

Pompeo, fallida la algarada del 30 de abril, exige a Rusia disuadir a Cuba de que retire sus “efectivos” de territorio venezolano.

 

A decir verdad, Pompeo no tiene más aliado en su estrategia que el Grupo de Lima, sonsacado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro.

 

La Unión Europea ha pintado su raya desde que se desempolvó la Ley Helms-Burton y amenaza con aplicar la Ley del Talión: Ojo por ojo…

 

Como sea, Pompeo sigue sacudiendo el petate del muerto de la ocupación militar.

 

México transita en el filo de la navaja de la pretensión de Trump de lograr su reelección a un segundo mandato en 2020. De esto se trata todo.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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